domingo, 6 de diciembre de 2009

THE RETURN OF THE SWEATSHOP – Edna Bonacich and Richard P. Appelbaum

En el texto, los autores describen la reaparición de los talleres clandestinos, que son sitios en los que trabajadores inmigrantes mal pagados y explotados, y trabajadores de los Estados Unidos producen o ensamblan prendas de vestir para grandes empresas, en donde no gozan de seguridad y se violan sus derechos ante la ley. Ellos argumentan que la competencia global en la industria de la confección, la disminución de la sindicalización, el cambio a una producción flexible y la relación de la ciudad con la moda, han sentado las bases para un rápido crecimiento en este sector de bajos salarios.

Si los salarios de esas fábricas no alcanzan para cubrir los mínimos para vivir, y si los miembros de las familias todavía están por debajo de la línea oficial de pobreza, se dice que trabajan en talleres de explotación.

Expresan los autores que, la ciudad de Los Ángeles se ha convertido en el mayor centro para la fabricación de prendas de vestir de las mujeres en los Estados Unidos.

El 96 por ciento de las empresas se encuentran con violaciones a la ley. El énfasis meramente en violaciones no abarca la totalidad de lo que ha estado sucediendo. En los últimos años, la industria del vestido ha estado moviendo su producción a los países donde los trabajadores ganan salarios mucho más bajos que los que se pagan en Estados Unidos. A pesar de que algunas fábricas siguen al pie la ley, los trabajadores pueden sufrir abusos, inseguridad laboral y pobreza.

El regreso de estos talleres de explotación a Estados Unidos no se considera una aberración sino como una manera importante de hacer negocios.

En 1909 una gran huelga por trabajadores camiseros de una fábrica fue la primera manifestación de inconformidad a salarios bajos. Más tarde le siguieron huelgas de otros sectores de la industria. En 1911, debido al incendio de una fábrica en Nueva York, se fundaron los sindicatos de trabajadores de prendas de vestir y se exigieron los contratos de protección en contra de la producción de explotación. Por tanto, la nueva legislación refuerza las normas básicas de la mano de obra para los trabajadores y la protección de sus derechos a participar en forma independiente o en los sindicatos.

La industria del vestido como un paradigma

El taller de la explotación tiene sus raíces en la industria del vestido. Es irónico que la industria de la ropa deba ser una líder en cualquier tendencia, ya que como industria de edad se ha mantenido atrás en muchas áreas. Por otro lado, avances significativos se han hecho en algunos aspectos de la producción; en particular el diseño hecho por computadora, y las innovaciones en la máquina de coser y en la organización del flujo del trabajo. Pero el proceso de producción (la costura de prendas de vestir) sigue siendo de baja tecnología. La principal unidad de producción sigue siendo un trabajador, en especial una mujer en máquina de coser.

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