lunes, 7 de septiembre de 2009

Reportaje: Intoxicación masiva (EL PAÍS, 02/08/2009)


Cuando se trata de salvaguardar la vida de los seres humanos, el tema del agua es una prioridad. No sólo porque sea muy demandado, sino porque la ciudadanía y el gobierno entienden que el desarrollo de un país, estado, etc., depende del cubrir las necesidades básicas para que las personas logren las que le siguen.

El agua, es el desafío más importante al que se enfrentan la mayoría de los países. Existen casos, en el que este bien público y vital, por causas naturales, expresa un peligro para la vida. Se habla de Bangladesh, con el envenenamiento colectivo más grande de la historia, ya que el agua de uso común que existía estaba contaminada, en un principio por microorganismos peligrosos para la salud y después por arsénico; y era siendo aún utilizada.
Para solucionar el primer problema (microorganismos en el agua), el gobierno de Bangladesh, la UNICEF y otras organizaciones internacionales, pusieron en marcha un programa para que la gente de esa región se acostumbrara a beber de los pozos que comenzaron a perforar por todo el país. Fue a principios de los noventa cuando se descubrió el envenenamiento masivo por arsénico. Este hecho generaba efectos en la salud irreversibles y una gran discriminación.
La Organización responsable de saneamiento, cuyo representante era Carel de Roy, se encargó de contrarrestar los efectos del arsénico en las personas afectadas, lo cual significó una participación activa dentro del problema.

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